La Muerte de Osama Bin Laden

Por: Ray Hanania

Mientras Estados Unidos celebra la muerte de nuestro enemigo número uno, Osama Bin Laden, debemos recordar que nosotros no somos terroristas. ¿Que significa eso? Significa que nosotros no deberíamos hacer lo que los terroristas hacen. No deberíamos matar a los niños y a civiles inocentes en nombre de “la justicia”. Bin Laden provocó el ataque a Estados Unidos para reclamar justicia para el Mundo Musulmán, aunque nunca haya sido un vocero del Mundo Musulman.

Demasiados Estadounidenses en medio sociales como Facebook, Twitter y otras redes están utilizando el asesinato de Bin Laden como excusa para ventilar su odio racista contra los musulmanes y los árabaes. En vez de demostrar cuan mejores somos que el enemigo, mucha de nuestra gente muestra que no hay ninguna diferencia. El odio de Bin Laden era racista y vicioso. El mismo odio que vimos en el rostro de Terry Jones, el oscuro pastor de Gainseville, Florida, que juró quemar una copia del Libro Sagrado del Corán para provocar a los musulmanes y lanzar insultos a su comunidad.

Sin embargo, mientras Terry Jones tuvo una enorme cobertura, las grandes cosas que árabes y musulmanes estadounidenses hacen en este país pasan inadvertidas. La corriente de las noticias es parcial y algunas veces son fundaciones racistas pro odio que pasan como celebración. No es de extrañar que los estadounidenses sean tan poco educados sobre el Medio Este. Nos llevó casi 10 años matar a Bin Laden. El expresidente George W. Bush falló después de iniciar dos guerras, en afganistán y una en Irak. Los estadounidenses saben tan poco sobre el mundo árabe, el mundo islámico y el Medio Este y sin embargo esa falta de conocimiento se ha convertido en la base de nuestras decisiones sobre regulaciones foráneas.

Estamos metidos en una continua guerra en Afganistán. No hemos ganado esa guerra a pesar de haber matado a Bin Laden. Estamos metidos en una guerra en Irak, guerra que nunca deberíamos haber empezado.Pero tampoco la podemos dejar. Ninguna de estas acciones han hecho de Estados Unidos un lugar más seguro. Solo han demorado la violencia que seguramente surgirá y que debemos estar preparados para confrontar. Pero seríamos un país mejor y más fuerte, si en vez de celebrar una victoria militar destilando odio y vicio contra los musulmanes y los árabes en Estados Unidos – musulmanes y árabes que han servido orgullosa y patrioticamente en el ejército de Estados Unidos – tratáramos de preparar a nuestros hijos para que estén mejor educados y puedan entender como confrontar los retos que enfrentamos, con más éxito del logrado.

El que tome diez años hacer justicia a un asesino como Bin Laden, habla sobre las fallas de nuestras regulaciones foráneas. Mucha gente alrededor del mundo nos ve en la misma forma que vimos nosotros a al-Qaeda, la organización terrorista creada por Bin Laden. Nos ven como terroristas, cuando atacamos a Moammar Gadhafi de Libia y provocamos la muerte de su hijo y nietos. Si, los niños fueron asesinados, niños que proclamamos estamos protegiendo del terrorismo. O, ¿Sólo estamos protegiéndonos nosotros mismo, reclamando que somos los líderes del mundo libre?

Fue un error haber arrojado el cuerpo de Bin Laden al oceano sin dar una absoluta verificación visual de su muerte. Su vida se convertirá en una norma de vida para millones de otros en este mundo, que tratarán de atacarnos en la forma que él lo hizo. A menos que podamos cambiar la forma en que vemos a los demás. Debemos respetar la vida de todos. Nunca debemos celebrar la muerte de nadie. Deberíamos honrar los derechos civiles y responder al terrorismo no como terroristas, sino como la gente altamente civilizada que insistimos somos.

Ray Hanania es un consultante de medios de comunicación premiado. Puede comunicarse con él en www.hanania.com.

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