Cortesía de AARP

En el ir y venir de nuestra vida diaria, siempre hay álguien que puede utilizar nuestra ayuda. Ni siquiera pensamos en que es ‘ayuda’, solo estamos haciendo lo correcto. Posiblemente usted ha llevado en el coche a algún vecino a la tienda de abarrotes o a una cita con el doctor. Tal vez ha ayudado a apalear nieve de la acera de álguien sin pedir ni aceptar ningún pago. Solo les estaba haciendo un favor.

Estos son ejemplos sencillos de como brindar un servicio a la comunidad. Hacemos lo mismo con los miembros de la familia – nos interesamos por nuestros seres queridos cuando están enfermos; arreglando un auto para que el miembro de la familia no tenga que pagar por ello; cocinando o comprando abarrotes para una sobrina o un tío que andan escasos de dinero; cortando el pasto, recogiendo una receta o cuidando a sus nietos mientras sus padres trabajan.

¿Llamaría eso un voluntariado? Probablemente no, pero ya sea voluntariado, servicio comunitario, brindar su tiempo para ayudar a otros – no importa como le llame – todos queremos ser útiles y hacer cosas útiles que atiendan a sus necesidades. Queremos hacer la vida más fácil y demostrar que nos importa. Pero en muchas culturas Latinas, muchas veces vemos el ayudar a otros como un deber o responsabilidad, no como voluntariado.

El mundo ha cambiado mucho. Hoy en día las ciudades y las grandes areas urbanas ocupan mucho del paisaje. Y muchas veces los miembros de la familia no viven en la misma casa, el mismo barrio o ni siquiera cerca. En las comunidades Latinas los parientes pueden estar en países lejanos.

Más que nunca, especialmente en estos tiempos de retos económicos, como ahora, hay necesidades que podemos ayudar a solucionar. La mayoría de nosotros quiere involucarse más y hacer la diferencia en nuestras comunidaddes, por nuestros seres queridos – e inclusive por la gente de otros países.

Hombres y mujeres de edad madura de todas las procedencias están participando en oportunidades de servicio en organizaciones cívicas locales e internacionales como el Cuerpo de Paz. Y frecuentemente los hombres y mujeres de edad madura tienen necesidad de servicios voluntarios. Por ejemplo, cerca de nueve millones de personas de 50 años y más no saben de donde va a venir su comida del día siguiente. Los voluntarios ayudan a mitigar el hambre de los ancianos.

Algunas personan disfrutan con la idea de ayudar a otros, pero se apresuran a decir que no quieren ser voluntarios. Pero ser voluntario no es más que ayudar. Gente dispuesta a donar su tiempo – como voluntarios – han sido la fundación de AARP, ya que la organización comenzó en 1958. Los voluntarios han sido consejeros para la gente mayor y su familia, defendiendo sus derechos sobre salud y seguridad financiera, discriminación en el empleo, protección contra fraude, aumento de las cuentas utilitarias, vivienda y mucho más.

A través de Create the Good y Compartir es Vivir, de AARP, estamos comprometidos a ofrecer servicios voluntarios a personas de 50 años en adelante, para hacer una diferencia en sus comunidades. Compartir es Vivir (www.CompartirEsVivir.org) está diseñada para latinos de 50 años o más, amigos y familiares, para descubrir otras formas de lograr un impacto p