El mes Estadounidense de la Diabetes se celebra todos los años en noviembre, con la meta de generar concientización sobre la enfermedad. Este año, demos los pasos necesarios para la prevención de la diabetes infantil.

Los Hispanos y la Diabetes

          Debido a la genética y a una nutrición deficiente, los hispanos son dos veces más propensos a ser diagnosticados con diabetes que los blancos, no hispanos. Consecuentemente, esta enfermedad se ha convertido en la sexta causa principal de muerte entre los latinos en Estados Unidos.

          En años recientes, el índice de la diabetes entre los jóvenes hispanos ha aumentado también debido al aumento en la obesidad infantil. Uno de cada 400 hispanos jóvenes padecen la diabetes tipo 1 o la diabetes juvenil, en la que el cuerpo no produce insulina. La frecuencia de que los jóvenes latinos sean diagnosticados con diabetes tipo 2, que inicialmente crea una alta resistencia a la insulina en el cuerpo, lo que causa que el páncreas se colapse debido a los esfuerzos adicionales que este hace para producir insulina, está también en aumento.

        “Si enseñamos a nuestros niños a mantener hábitos saludables, podemos ayudarles a prevenir la diabetes tipo 2”,  dijo el Dr. Tomás Díaz, Director de UnitedHealth Medical. “Mantener una dieta balanceada y hacer ejercicio todos los días son algunas de las formas más sencillas y efectivas para prevenir esta enfermedad. Si usted tiene una historia familiar de diabetes o sospecha que tiene peligro de contraer pre-diabetes o diabetes, es recomendable que visite a su médico y se haga revisar”. Puesto que la diabetes tipo 2 se desarrolla gradualmente, muchos niños no reflejan síntomas. Sin embargo, los que no muestran síntomas pueden experimentar lo siguiente:

·       Aumento en la sed y la orina, causada por el azúcar que se acumula en el torrente sanguíneo y los líquidos que son extraídos de los tejidos. Como consecuencia el niño tiene más sed y bebe más líquidos.

·       Aumento del apetito, puesto que no hay suficiente azúcar en las células, los músculos y órganos del niño se ven privados de energía.

·       La fatiga, otra consecuencia de la falta de azúcar, necesaria para producir energía.

·       Visión borrosa, debido a los altos niveles de azúcar en la sangre, lo que causa que los fluídos sean extraídos de los lentes oculares.

·       Pérdida de peso, debido a la falta de energía, a pesar del aumento en el hambre, los músculos y los tejidos del niño se contraen.

·       Areas de piel más oscura, especialmente en las axilas o el cuello, son síntomas de resistencia a la insulina.

·       Heridas de lenta curación o infecciones frecuentes.

Páginas en la red como www.UHCLatino.com ofrecen información sobre cómo prevenir la diabetes y otras enfermedades crónicas.