Por: Ashmar Mandou
En medio de la trágica muerte de la niña de ocho años, Melissa Ortega, quien recibió un disparo y murió mientras caminaba por la calle con su madre en la Villita en el fin de semana, Arne Duncan, fundador de la organización de prevención a la violencia Chicago CRED,delineó las cuatro estrategias claves para mejorar la seguridad pública y responsabilizar a los tiradores.
Durante una reunión Zoom con la Cámara de Comercio de Chicago, Duncan vocalizó su preocupación sobre el aumento en balaceras que afectan a las comunidades de todo Chicago. “El Departamento de Policía de Chicago (CPD) está en crisis y no ha podido reducir la violencia en gran parte debido a políticas equivocadas”, declaró. “CPD se ha visto diezmado por cortes en la policía y estrategias inefectivas que han dejado a la policía exhausta y a los barrios sin patrullaje. Es hora de que la policía vuelva al ritmo y se concentre en arrestar a los tiradores mientras al mismo tiempo involucramos a los jóvenes en riesgo y les brindamos un camino hacia la economía legal”.
A fines del año pasado, la Oficina del Médico Forense del Condado de Cook confirmó el homicidio número 1000 del condado en el 2021, que tuvo lugar durante las vacaciones. El total, con más de un mes de lo que va del año, llega a 1,009. La última vez que el Condado de Cook vio a más de 1,000 homicidios fue en el 1994, cuando el Condado registró 1,141. Y de acuerdo a los datos de la policía de Chicago, las balaceras relacionadas con las pandillas suman el 26 por ciento.
“Las armas y las pandillas están aterrorizando a los barrios de Chicago. Debemos trabajar todos los días para lograr la paz y la seguridad. Todos los residentes de Chicago deberían sentirse a salvo en sus comunidades. Debemos invertir en recursos de seguridad pública basada en evidencia y estrategias disponible para sanar y proteger a nuestras comunidades”, compartió a los medios el Caucus Latino del Concilio de la Ciudad de Chicago, creemos que corresponde a todos los funcionarios electos usar su poder e influencia para contribuir al
bienestar de las comunidades. La violencia que aflige a Chicago está en la misma escala que la crisis de salud pública y demando una respuesta conmensurable. Los peligros presentados por las pandillas y la violencia de armas amenaza la vida de nuestros niños, nuestras comunidades y el tejido mismo de nuestra sociedad. Pedimos una acción inmediata y positiva para atender este rampante problema de la Ciudad de Chicago”.
De acuerdo a la red de la Ciudad de Chicago, la Ciudad cortó un estimado de 600 posiciones policíacas en el 2021 y ha permitido que cerca de 1,000 posiciones adicionales queden vacantes. Además, CPD juramentó 11,900 oficiales comparado con 13,353 en enero del 2019. Los distritos han estado con un bajo patrullaje porque cerca de 900 policías fueron llevados a una unidad ineficaz en la ciudad durante los últimos dos años. Duncan desaprobó varias estrategias recientes del liderazgo de la ciudad, incluyendo imponer cuotas de arresto a comandantes de policía y proponiendo una ordenanza para confiscar bienes de pandilleros. “La gran mayoría de estos hombres no tienen bienes de los que hablar y las cuotas de arresto podrían invitar al abuso. Tenemos que poner fin a las políticas fallidas del pasado”, dijo Duncan. Duncan describió cuatro políticas diseñadas para reducir el crimen:
• Dar a los comandantes de distrito los recursos necesarios y hacerlos responsables. Para hacer eso, tenemos que regresar a muchos policías al patrullaje eliminando las unidades inefectivas de la ciudad, enfocándonos en programas de bienestar para los oficiales para que la policía se sienta apoyada y pueda regresar a su trabajo y y la expansión de un programa piloto de policía de barrio a todos los distritos. Chicago debería tener también más apoyo civil para acelerar reformas y restaurar la legitimidad de la policía.
• Repensar el papel de la policía para transferir muchas responsabilidades de actividades no violentas y no delictivas a trabajadores de servicios sociales, trabajadores de extensión y otro personal de seguridad pública no jurado. Estas responsabilidades podrían incluir accidentes de tránsito, delincuencia juvenil, quejas comunitarias, salud mental y otras llamadas médicas.
• Llevar a escala los programas de prevención de la violencia. En la actualidad, alrededor de dos docenas de organizaciones comunitarias se están involucrando directamente con jóvenes en riesgo y los alejan de las calles con entrenamiento, terapia, educación y capacitación laboral. Estas organizaciones intervienen también para detener balaceras, negociar tratados de paz entre diferentes facciones callejeras y ocupar lugares de alto crimen durante los meses de verano. Duncan pide invertir en prevención a la violencia un estimado de $400 millones por año, que es mucho menos que el calculado $7 mil millones que cuesta anualmente la violencia por armas a Chicago.
• Trabajar con los sectores público y privado para brindar empleos a estudiantes de secundaria, jóvenes desconectados de 16 a 24 años que no trabajan ni asisten a la escuela, y personas anteriormente encarceladas, muchas de las cuales tienen familias que mantener.
“Pedimos demasiado a la policía de hoy. No deberíamos tener a los oficiales de policía gastando tanto tiempo en actividades no violentas y no criminales cuando la violencia de armas está tan alta y nuestros índices de ar’restos por balaceras y homicidios son tan bajos”, dijo Duncan. “Al mismo tiempo, tenemos que dar a los jóvenes en peligro una forma de escapar de las calles. Dejarán la economía ilegal y dejarían las armas si les damos un lugar en la economía legal”.