Por: José Rodríguez

La semana pasada, líderes comunitarios, proveedores de servicios sociales, residentes de Humboldt Park y otros se unieron en el patio del Hospital Norwegian American para pedir a la Asamblea General del estado que salve el acceso al cuidado de salud de los residentes del barrio más necesitados. En respuesta a la creciente preocupción que los cortes a los proveedores que afectan a los hospitales, a las agencias comunitarias, a los proveedores de salud mental, a los asilos y a otros, tendrán un devastador impacto en cientos de miles de residentes de Illinois. La estabilidad financiera de muchas redes de seguridad de los hospitales que atienden a la gente pobre del estado se ve amenazada y el impacto, particularmente en el Hospital Norwegian American, sería devastador.

El Hospital Norwegian ha servido a las áreas de la comunidad de Humboldt Park, West Town, Austin y Logan Square por más de 115 años. Estas comunidades albergan en su mayoría residentes afroamericanos, puertorriqueños y mexicanos que no tienen seguro o tienen un seguro muy limitado. Como resultado, el Hospital Norwegian ayuda económicamente a mucha gente necesitada. Además, estas comunidades, según investigadores de salud, tienen un índice más alto de asma, diabetes, obesidad y VIH/SIDA comparados con los índices nacionales y de la ciudad. Los cortes al Medicaid devastarían al Norwegian y afectarían negativamente el estatus de salud, ya deficiente, de las comunidades a las que sirve.