Luchando Por Nuestra Ruta

Por: Celia Martínez

Lawndale News Chicago's Bilingual Newspaper - Noticias LocalesLas bicicletas ocupaban el embarcadero de la playa de la calle 31 el sábado, 30 de junio, temprano en la tarde, mientras los residentes de La Villita, McKinley Park, Bridgeport y Bronzeville fueron en bicicleta a la playa y pidieron una vez más a los funcionarios de la CTA que pusieran nuevamente en servicio el autobús de la Calle 31. “Nuestros residentes han quedado en un desierto de tránsito”, dijo Claudia Ayala, Organizadora Comunitaria de la Organización Justicia Ambiental de La Villita.

El evento, “Nuestra Ruta, Nuestro Derecho!” organizada por LVEJO, invitó a los residentes de las comunidades afectadas y a los simpatizantes, a ir en bicicleta desde las oficinas de LVEJO, 2856 S. Millard Ave., a la playa de la Calle 31, esperando llamar la atención de los funcionarios de la CTA.

El autobús de la Calle 31 fue suspendido en 1998 debido a la falta de usuarios, dejando a los viajeros dependiendo únicamente del transporte público a lo largo de la ruta de la calle 31, sin una ruta estándar este-oeste, por más de 15 años.

“Al residente promedio de La Villita le lleva dos horas ir a trabajar”, dijo Ayala. “Esto ya no es aceptable para nosotros”.

Este no es el primer esfuerzo hecho por LVEJO para reiniciar el autobús de la Calle 31. Aproximadamente hace cuatro años, LVEJO ayudó a la CTA a redactar un subsidio Job Access Reverse Commute (JARC), específicamente para conseguir que regresara el servicio del autobús de la Calle 31. Los subsidios JARC están designados principalmente a brindar transporte público en comunidades de bajos ingresos y ayudar a estas personas a conseguir trabajo.

Pero lo que comenzó como una promisoria solución para los residentes de estas comunidades fue inevitable hacerlo a un lado, ya que la CTA comenzó a anunciar una gran cantidad de cortes en los servicios de trenes y autobuses de Chicago.

Y aunque la CTA supuestamente obtiene 1.2 millones de dólares del subsidio JARC, no puede igualar el subsidio, como originalmente se había estipulado, por la falta de fondos, algo que Ayala no cree que sea verdad. La Autoridad de Tránsito de Chicago no pudo ser contactada para una declaración.

“Ha habido muchas renovaciones en el sector sur y en el sector norte”, dijo Ayala. “Todo se está haciéndose de nuevo y La Villita se está quedando atrás”.

De acuerdo a Ayala, el Senador Martin Sandoval, del distrito 12, ha estado involucrado con la campaña, para conseguir que el autobús de la calle 31 vuelta a dar servicio y ha intentado aprobar la resolución SR0795. La resolución, como está declarada en la Asamblea General de Illinois, haría del autobús de la Calle 31 una prioridad, utilizando $1,067,659 de los fondos de operaciones anuales de la Autoridad de Tránsito del Chicago por tres años. El autobús recorrería, de Cicero al Lakefront y serviría a las comunidades de La Villitta, McKinley Park, Armour Square, Bridgeport, el municipio de Cicero y Bronzeville. El Senador Martín Sandoval no pudo ser contactado para una declaración.

La ausencia de esta ruta afecta a los residentes de estas comunidades en muchos niveles. Aunque se dijo que es necesario proveer un autobús que ofrezca una forma más eficiente de acceso al trabajo de los residentes, es también un asunto de seguridad pública. La residente del municipio de Cicero, Flora Ramírez, estudiante de 21 años de edad, de la Universidad de Illinois, dijo que si el autobús de la Calle 31 estuviera en efecto, se sentiría más segura al viajar de la escuela o de su internado a su casa, especialmente en las tardes.

“No me siento cómoda caminando por la calle tan tarde, especialmente cuando el sol se mete”, dijo Ramírez, “Si tuviera el autobús de la Calle 31 sería más seguro para mi”. El Rev. Tom Gaulke, de la Iglesia First Trinity en Bridgeport no se ve directamente afectado por el autobús de la Calle 31, pero es testigo de cuanto afecta a su congregación.

“Yo no sabía que esta fuera una causa tan importante cuando llegué aquí hace cuatro años”, dijo el Rev. Gaulke, quien alega que varios miembros de su congregación no tienen forma de llegar a un hospital debido a la falta de transporte público. “La gente viene y me pide que los lleve al hospital”.

Ayala dijo que LVEJO está trabajando con organizaciones como JobCorp, ATU y la Alianza Bridgeport y continuará comunicándose con la comunidad hasta que el autobús de la Calle 31 vuelva al servicio. “Esto trata sobre el acceso, la igualdad y lo más importante, sobre trabajos y educación”, dijo Ayala. “Pedimos tener los mismos derechos que tienen lo

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