La ansiedad, la hipertensión, un ritmo cardíaco elevado, patrones de sueño interrumpidos y dolores de cabeza son solo algunos de los efectos secundarios comúnmente asociados con las bebidas energéticas y esos problemas son más pronunciados en los niños, de acuerdo a un reciente estudio de la Universidad de Miami. Pero eso es solo la punta del iceberg. Estas bebidas han estado ligadas también a palpitaciones cardíacas, embolias y muerte repentina. El término bebidas ‘energéticas’ es un nombre equivocado, dice el experto en ciencias de alimentos, Budge Collinson. Estas bebidas no dan energía a su cuerpo; lo estimulan con breves descargas de cafeína o estimulantes de hierbas sin regulación, dice. Por lo tanto, ¿En que forma pueden los chicos tener un alza saludable de energía? Collison ofrece los siguientes consejos.

*Vayan juntos a un paseo rápido en bicicleta, hagan una activa caminata y jueguen a carreras en el patio.
Numerosos estudios demuestran el poder de un ejercicio vigoroso para levantar la energía. El ejercicio bombea más oxígeno – combustible saludable y puro – al torrente sanguíneo y al cerebro y los músculos, en un impulso energético a corto plazo. Hacer ejercicio con regularidad aumenta la capacidad de los pulmones, por lo que el cuerpo recibe más oxígeno, a un nivel contínuo a largo plazo. El ejercicio libera también las endorfinas, químico natural del cuerpo para sentirse bien, lo que nos hace sentir felices. Y la gente feliz es gente energetizada.

*Busque la nutrición en fuentes variadas. Como humanos, necesitamos más de 40 diferentes vitaminas y minerales para mantener nuestros cuerpos funcionando en forma óptima. Ya que no hay una sola comida que las contenga todas los ingredientes necesarios, es importante que niños y adultos coman una variedad de ellas, incluyendo tantos vegetales y frutas como sean posibles. Agregar un suplemento diario de multivitaminas, con esenciales como CoQ10, arginina, tiamina, resveratrol y magnesio puede ayudar a que los cuerpos de jóvenes y viejos corran a toda velocidad.

*Beba bastante agua – bebida energizante natural. Inclusive una leve deshidratación puede hacer que niños (y adultos) se sientan desganados, por lo tanto aconseje a los niños a que hagan una costumbre el tomar suficiente agua. Los niños necesitan más agua que los adultos porque gastan más energía y tal vez no reconozcan cuando están ligeramente sedientos. Los padres, con mucha frecuencia, no reconocen los síntomas de deshidratación; Una encuesta nacional de más de 800 padres de niños de un mes a 10 años encontró que más de la mitad piensan que no saben lo suficiente sobre la deshidratación. Un ligero pellizco a la piel de la mano o el brazo de un niño es una manera fácil de probarlo. Si la piel tarda en volver a una apariencia suave, es probable que el niño tenga una ligera deshidratación.