Las ratas – animales conocidos por propagar enfermedades – continúan siendo una plaga en ciudades como Chicago y Nueva York, por lo que residentes y exterminadores están encontrando una forma más creativa de detener los brotes, reporta CNN. El método más efectivo hasta la fecha: los gatos salvajes. Chicago, que ha tenido un recrudecimiento en quejas de ratas en los últimos años, ha puesto esta táctica a trabajar – con grandes resultados. Aunque poner veneno y periódicos en los agujeros de las ratas puede ayudar, los gatos salvajes han probado ser 100 por ciento efectivos en la eliminación del problema.

Caso sin Precedente: Victoria Thomas, de Lake View, un suburbio de Chicago, tenía aproximadamente 400 ratas en su patio, pero gracias a tres gatos salvajes que adoptó, su patio ahora no tiene ratas. Muchos amigos de Chicago están haciendo lo mismo. Las ratas suponen muchos problemas de salud. Contagian enfermedades como la plaga bubónica y transmiten también enfermedades no menos temidas, como la E. Coli y la C. Ziff, resistentes a los antibióticos. Estas pueden transmitirse a través de las mordidas de las ratas, la orina y el excremento. Además, fácilmente pierden pelo, por lo que también pueden transmitir la enfermedad si el pelo entra en los sistemas de ventilación.

Un estudio hecho en el barrio del Vancouver, con alto índice de casos de MRSA, mostró que el mismo MRSA fue encontrado en humanos y en ratas, lo que prueba que las alimañas están ayudando a la propagación de la enfermedad. Sin embargo, aunque los gatos matan algunas de las ratas, con frecuencia su olor las aleja. Como resultado, existe el temor de que las ratas se estén reubicando, en vez de ser exterminadas. Pero esto no parece detener a la gente que usa a los gatos salvajes. El programa Gatos Trabajando de Tree House Humane Society, organización no lucrativa de Chicago, tiene ahora una lista de espera de 30 días.

Cada gato típicamente cuesta $200, pero los compradores no están llevando una nueva mascota a la casa. Los gatos salvajes muchas veces nacen en lugares desiertos y nunca han estado expuestos a los humanos por mucho tiempo. Toma cerca de cuatro semanas que los gatos se aclimaten al territorio, pero el olor de los gatos muchas veces hace que inmediatamente las ratas huyan. Este año, 160 gatos han sido colocados, el doble de los colocados el año pasado.