En los recién nacidos, el contacto, piel a piel, con los padres y cuidadores pueden ayudarles a delinear como responde su cerebro al tacto, un sentido necesario para conexiones sociales y emocionales, sugiere un nuevo estudio. Muchas de las investigacioens previas han vinculado el tacto piel a piel con beneficios de desarrollo, tanto para los bebés prematuros como para los de tiempo completo, que van desde mejoras en el crecimiento y el sueño a un mejor desarrollo motor. Los investigadores han vinculado también la lactancia materna y otras formas de tacto de apoyo a menos incomodidad en piquetes de agujas u otros procedimientos médicos dolorosos. En el estudio actual, los investigadores probaron como 125 bebés prematuros y de tiempo completo respondieron a un tacto suave. En general, los prematuros eran más propensos que los de tiempo completo a tener menos respuesta a este contacto, encontró el estudio.

“Nuestros hallazgos añaden a lo que ya sabemos, que más exposiciones de este tipo de tacto de apoyo pueden impactar la forma en que el cerebro procesa el tacto, un sentido necesario para aprender y para las conexiones sociales y emocionales”, dijo la principal autora del estudio Dra. Nathalie Maitre de Nationwide Children’s Hospital en Columbus, Ohio. El embarazo normalmente dura 40 semanas y los bebés nacidos después de 37 semanas son considerados de tiempo completo. En las semanas inmediatamente después del nacimiento, los bebés prematuros muchas veces tienen dificultad para respirar y digerir el alimento. Pueden también enfrentar retos a mayor plazo, como problemas de la vista, el oído y destrezas cognitivas, así como problemas sociales y de comportamiento. El desarrollo de los recién nacidos, especialmente en los primeros meses, se ve influenciado poderosamente por el tacto y el sonido, ya que el sistema visual es aún inmaduro, dice Maitre. El tacto es una forma en que los infantes aprenden sobre sus alrededores y una manera rápida de comunicarse con sus padres.