El 12 de mayo, Moms United Against Violencia and Incarceration (MUAVI) y grupos copatrocinadores, se reunieron dierectamente fuera de la Cárcel del Condado de Cook con madres anteriormente encarceladas y madres que han estado separadas de sus hijos por otras instituciones de violencia estatal. A través de oradores y ejecutantes, establecieron conexiones entre desinversión selectiva, vigilancia intensificada, pérdida de vivienda asequible, violencia basada en el género y actos de supervivencia criminalizados. MUAVI y organizaciones copatrocinadoras recogieron artículos para mujeres y personas no conformes con su género, encerradas en la cárcel y en la prisión Logan y ofrecieron flores a las familias que salían de la cárcel después de las visitas de fin de semana del Día de la Madre. Los participantes incluyeron madres que han regresado recientemente, incluyendo mujeres cuya criminalización está relacionada directamente a la violencia doméstica. Varias han resuelto sus casos en los últimos 10 meses, en parte a una campaña de defensa de MUAVI y a numerosas organizaciones copatrocinando la vigilia.

En Illinois, aproximadamente 80 por ciento de la gente encarcelada en instalaciones de mujeres son madres de hijos menores de edad. La probabilidd de encarcelamiento para las mujeres de la raza negra es de 1 en 18, comparado a 1 en 111 en mujeres blancas y las mujeres nativas son seis veces más propensas a ser encarceladas que las mujeres blancas. Aunque la encarcelación impacta a comunidades negras y bronceadas en gran desproporción, el índice de más rápido crecimiento de encarcelación de mujeres, más recientemente, es de mujeres blancas en áreas rurales. Más del 80 por ciento de mujeres encarceladas son sobrevivientes de abuso sexual y doméstico y la mayoría de mujeres dentro tenía un ingreso de menos de $22,500 antes de ser encarceladas. Cuando las madres son encarceladas, aproximadamente el 11 por ciento de sus hijos pasan a un sistema de cuidado de crianza (comparado con un dos por ciento de los padres encarcelados). Ochenta y ocho por ciento de personas encarceladas estuvieron en un sistema de cuidado de crianza en algún momento.