COVID-19 ha aumentado las necesidades de salud mental de los niños y las familias en todo el estado. Al mismo tiempo, la pandemia ha dañado a los proveedores de salud mental, incluido un daño significativo a los proveedores de servicios de detección, evaluación y apoyo (SASS), los programas de respuesta a crisis 24/7. Refugiarse en el lugar ha provocado una reducción significativa en las referencias de pacientes a los programas SASS en todo el estado de Illinois, disminuyendo los ingresos y creando una tensión severa en la capacidad de estas agencias para mantener al personal y brindar atención y asistencia crítica. Para ayudar a este sistema de salud mental, Illinois Children’s Healthcare Foundation (ILCHF) ha otorgado $ 2,500,000 en fondos totales a 23 proveedores de SASS que trabajan para mejorar la salud mental de los niños de Illinois durante la pandemia de COVID-19. SASS es un programa de intervención de crisis de salud mental pública a nivel estatal que examina y evalúa a los niños en crisis psiquiátricas y proporciona servicios comunitarios intensivos en lugar de la hospitalización psiquiátrica cuando es posible. Los programas SASS cuentan con personal las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para brindar una respuesta eficiente a las crisis de salud mental. Las remisiones para los servicios de SASS suelen ocurrir cuando las familias, las escuelas, los pediatras y otros sistemas de apoyo infantil se dan cuenta de la angustia de un niño. Debido a la pandemia, las oportunidades de ver niños en estos entornos han disminuido drásticamente.